Como el separatismo no tiene bastante con amargar la vida a los que vivimos en Cataluña, se ha inventado que todas las tierras en las que hay catalanohablantes forman parte de la región imaginaria de los ‘Països Catalans‘. Es el típico ‘espacio vital’ de todos los nacionalismos excluyentes, para garantizar que Barcelona tiene colonias en las Baleares. Valencia, Aragón, el sur de Francia, Andorra e Italia.
A pesar de la ingente cantidad de dinero destinada por la Generalitat de Cataluña durante décadas en subvencionar a las asociaciones y colectivos pancatalanistas en Baleares, Valencia y Aragón el separatismo catalán está, por suerte, en decadencia fuera de Cataluña.
A pesar que el mapa del tiempo de TV3 es el de los imaginarios ‘Països Catalans’, y que cualquier manifestación catalanista de un puñado de personas en Palma o Valencia se convierte, por la manipulación mediática de TV3 y sus medios afines – casi todos en Cataluña – , en gigantescas concentraciones que representan el “sentir” de los “pueblos hermanos balear o valenciano”, el imperialismo separatista está fracasando.
El partido de Marine Le Pen (RN) arrasó en las cuatro circunscripciones del Departamento de los Pirineos Orientales, lo que los separatistas consideran que es la “Catalunya Nord” [Cataluña Norte]. En todas ellas el RN consiguió el escaño en la Asamblea Nacional francesa. Nada nuevo, porque ya en 2022 también ganaron de calle.
Vayamos a Aragón, cuya franja oriental limítrofe con Cataluña también es ambicionada por el pancatalanismo (la ‘Franja de Ponent’): el gobierno es de PP, que llegó al poder de la mano de VOX. En la Comunidad Valenciana y Baleares se da la misma situación. En Andorra van a lo suyo, y lo que menos quieren es tener problemas con el Reino de España y la República Francesa, así que lo del pancatalanismo les importa bastante poco. Si no fuera por el PSOE – tanto el valenciano, como el aragonés, como el balear -, los pancatalanistas no tendrían nada que hacer, dado que su presencia en estas tres comunidades autónomas es minoritaria.
Pero como Ximo Puig, Francina Armengol y, en menor medida, Javier Lambán, apostaron por el catalán como lengua oficial de sus comunidades, en detrimento del español, la gente reaccionó. Porque aragoneses, valencianos y baleares no quieren ser colonizados por el separatismo catalán de los señoritos de Barcelona.
En Valencia la entidades separatistas como la ANC, Plataforma per la Llengua o Òmnium Cultural intentan usar los daños causados por la dana para intentar echar del Gobierno a Carles Mazón, un adversario declarado del concepto de ‘Països Catalans’. Pero sus manifestaciones cada vez tienen menos fuerza, porque se les ve el plumero.
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