El presidente del PP en Cataluña, el tarraconense Alejandro Fernández, exhibió ayer un enorme musculo en su ciudad – Tarragona -, en la presentación de su libro ‘A calzón quitao’. Unas doscientas setenta personas abarrotaron la Sala Fòrum del Hotel SB Ciutat de Tarragona, teniendo que seguir muchos de los asistentes el acto de pie, incluso algunos lo tuvieron que hacer desde fuera de la sala.
Además de un buen número de militantes, dirigentes y concejales del PP en la demarcación como: Mario García (presidente provincial), Rafa Luna (secretario provincial) y Mercè Martorell (portavoz del PP en el Ayuntamiento de Tarragona); asistieron también Josep Fèlix Ballesteros (exalcalde del PSC en el Ayuntamiento de Tarragona), Raül Font (exconcejal de Unió en Tgna), la exdiputada de VOX en el Parlament, Isabel Lázaro, así como varios exconcejales de esta formación, exmilitantes de Cs y de Valents, así como algunos antiguos militantes del PSUC. Como pueden ver, la presentación, contó con un público muy variopinto.
Presentó el acto Salvador Caamaño (portavoz de la Coordinadora de la Resistencia Cívica de Tarragona), quien empezó recordando su pasado izquierdista, como dirigente local del PSUC y CC.OO. en los años 70 y 80 , aunque manifestó que lleva más de treinta años sin militancia partidista, luchando en entidades de la sociedad civil.
En este sentido dijo: “Desde mi independencia, no tengo ningún reparo en considerar que el PP en Cataluña tendrá un prometedor futuro si tiene un liderazgo estable, duradero y creíble como el que representa para mí, Alejandro Fernández. Conoce mejor que nadie la compleja realidad catalana y sabe muy bien lo que hay que hacer para resolver los graves problemas por los que atraviesa Cataluña y España. Tiene firmeza en los principios y coraje en el combate contra el separatismo y contra una izquierda cada vez más antiespañola y con tintes claramente autoritarios”.
Posteriormente añadió: “Coincido plenamente en que el PP no puede, bajo ningún concepto, volver a caer en la pegajosa y tramposa telaraña del nacionalismo, como en algunos momentos, se ha insinuado desde la sede capitalina de Génova. De los acuerdos y el buen rollismo con los nacionalistas y el pujolismo, del cómplice mirar para otro lado y el dejar hacer, respecto a lo que estaba ocurriendo en Cataluña, se ha llegado a los actuales lodos separatistas (…) .También coincido plenamente con Alejandro en que para construir una alternativa ilusionante y creíble, frente a esta especie de «Nuevo Frente Popular»´que se ha configurado en España, hay que dar la «la batalla ideológica y cultural» en todos los ámbitos.”
Y, sin pelos en la lengua, Caamaño, pasó a exponer, algunos de los elementos que para él deben formar parte de esa batalla cultural: “Hay que desenmascarar, uno a uno, todo el mentiroso y destructivo relato de socialistas y nacionalistas. Hay que combatir sin complejos: el tema de la falsaría Ley de Memoria Histórica, llevan décadas falsificando y la manipulando la historia, y ya se sabe el que calla otorga. Hay que denunciar con contundencia que en Cataluña han impuesto un sistema educativo, dominado y dirigido por el independentismo, donde han impuesto la inmersión lingüística, el adoctrinamiento y la formación del espíritu nacionalista, algo solo propio de los regímenes totalitarismos. Hay que defender el español, nuestra lengua común, que ya han desterrado a nivel institucional, y defender el bilingüísmo (a una sociedad bilingüe se corresponden instituciones bilingües) tal como establece la Constitución, Hay que combatir los abusos y los desequilibrios existentes en las llamadas leyes de genero, Hay que denunciar el monumental latrocinio que se ha llevado a cabo en Cataluña durante los últimos 45 años, con el clan de los Pujol a la cabeza. Hay que conseguir que tal como marca la Ley, la bandera española esté presente en las fachadas de todos los Ayuntamientos e instituciones públicas de Cataluña (ahora sólo lo está en el 17%). Hay que denunciar el bochornoso sectarismo nacionalista de TV3 y de la mayoría de medios de comunicación de Cataluña, convertidos en meros panfletos del separatismo, que subsisten solo gracias a las millonarias subvenciones que reciben. Hay que decirle claramente a los nacionalistas que ellos no son los oprimidos, ni las victimas, que aquí antes y ahora, los únicos oprimidos y victimas, son los más humildes, los discriminados, los excluidos y los silenciados por ellos. Hay que recordarles que no “som un sol poble” que Cataluña es plural, que Cataluña somos todos y que aquí no pueden haber catalanes de primera y de segunda.”
Incluso tuvo palabras de reproche contra “la nacionalista Iglesia catalana, convertida en un instrumento más del separatismo” . Y añadió: “ En definitiva hay que combatir con contundencia el nacionalismo obligatorio que han impuesto en Cataluña izquierdistas y separatistas, así como la dictadura de lo políticamente correcto. ”
Continuó señalando que: “A diferencia de las poderosas entidades separatistas como la ANC y Òmnium, entidades que gozan de todo el apoyo institucional y reciben millonarias subvenciones (…). Las débiles y desamparadas entidades constitucionalistas de Cataluña, de las que yo formo parte, llevamos años denunciando, ante la indiferencia y el desprecio del Gobierno de España, de la Generalitat y del resto de instituciones públicas de Cataluña, la constante vulneración de derechos que aquí se cometen. Y aunque nos movemos en la más absoluta precariedad, pues combatir al nacionalismo es condenarse al más absoluto ostracismo, lo vamos a seguir haciendo contra viento y marea.”
Y finalizó reivindicando la necearía y obligada unidad del constitucionalismo, para intentar tumbar los siniestros planes de los que quieren destruir España. Añadiendo: “Ahora hace falta que Génova tomen buena nota de lo que se dice en el libro. Los constitucionalistas en Cataluña, en Vascongadas y en el resto de España necesitamos imperiosamente a líderes políticos creíbles como Alejandro Fernández.”
Por su parte, el presidente de los populares catalanes, Alejandro Fernández, en su intervención, empezó por señalar la dificultad histórica del Partido Popular para consolidarse en Cataluña, y reconoció lo que calificó como un «problema estructural» del partido en esta comunidad, a pesar de haber contado con líderes «intelectualmente extraordinarios» como Vidal-Quadras o Josep Piqué. A su juicio, esa dificultad arrastrada durante más de 40 años se debe a «bandazos» ideológicos y «tutelas históricas» que han impedido un proyecto coherente.
«Porque me imagino que todas esas personas geniales no se vuelven tontos cuando asumen la presidencia del PP catalán», ha ironizado. De hecho, dijo Fernández, el surgimiento de partidos como Vox y Ciudadanos de la mano de fundadores vascos y catalanes «no es casualidad». «Qué casualidad que precisamente los dos lugares donde más dificultades hemos tenido para implantarnos es donde han nacido las escisiones que han roto la derecha española en tres», ha dicho, ejemplificando cómo durante los meses del procés incluso estos proyectos crecieron en Cataluña. “El nacionalismo ha sido el gran privilegiado en estos últimos 40 años (…) Y a los nacionalistas no hay que intentar seducirles, hay que intentar derrotarles», dijo en otro momento.
Continuó señalando que “lo que se vive actualmente en España no es un debate identitario aislado en Cataluña, sino «una mutación del proceso separatista catalán que ahora se convierte en un proceso español». Y denunció lo que considera un «proyecto deliberado» del Partido Socialista, liderado por José Luis Rodríguez Zapatero —»un cínico de libro»—, para impulsar una «confederación plurinacional» que, según sus palabras, llevaría a la «destrucción» y «liquidación» de la nación española (…) ”.
Para Alejandro Fernández, Zapatero es el «gurú» que está llevando a cabo una gira de medios para preparar a la opinión pública ante un eventual cambio de modelo territorial, en coordinación —según sus palabras— con figuras como Pablo Iglesias, que también ha utilizado en las últimas semana la expresión «confederación plurinacional», aunque este último añadiendo «la coletilla de la república». “Se trata de decir que España no es una nación sino la suma de cinco naciones que voluntariamente se confederan».

Para el dirigente catalán, el plan consiste en eludir la reforma formal de la Constitución mediante una «ley orgánica» que cambiaría de facto la forma de Estado sin respetar el marco constitucional. Una dinámica, añadió, que se haría «emulando el proceso separatista a través de algún instrumento legal, pero ilegal que en el fondo será totalmente inconstitucional». Están dispuestos a seguir hasta el final y el final no es en principio, estrictamente la independencia de Cataluña, sino una confederación plurinacional», Y advirtió irónicamente “Noé construyó el arca antes del diluvio, no después ”.
Frente a este escenario, Fernández ha considerado que la postura que debe adoptar el Partido Popular es no «seducir» a Junts, ni al PNV, ni a «nadie de la izquierda» porque «van juntos en ese viaje por mucho que aparentemente se lleven mal entre ellos», y añadió: «Todos los que no somos parte de ese frente popular debemos analizar cómo evitarlo».
El líder popular catalán ha asumido así que “estamos ante un momento crítico”, pero ha insistido en que «no nos podemos permitir abrir un nuevo proceso constituyente», para después explicar que la estrategia que debe seguir el PP «es olvidarnos del PSOE y dirigirnos a los españoles y lanzarles nuestra propuesta de reforma para ser capaces de blindar la unidad nacional». Esa propuesta, tal y como detalla en su libro, incluiría la clarificación del sistema competencial, mecanismos de regeneración democrática y la defensa de la unidad de España. “ Yo estoy convencidísimo de que los españoles que estamos por la convivencia, la concordia y el espíritu de la transición somos mucho más. Hay que movilizar a esa mayoría social», añadió.
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Fotos J. Antonio Martínez
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